jueves, febrero 12, 2009

Ratas

Al salir de casa lo primero que vi fue una rata medio gris y medio parda, aparentemente muerta, a mitad de la calle. También vi a una mujer de pie al lado de un auto, y le preguntaba a alguien ahí adentro, ¿Tienes las llaves de la casa?
A lo mejor vi primero a la mujer y después a la rata, no importa tanto. Lo que sí pasó fue que vi las dos cosas y esperé que eso no fuera presagio de lo que vendría por el resto del día: mujeres que hacen preguntas y ratas aparentemente muertas.
Fue de hecho peor. Pasé la lado de la rata y ahora puedo eliminar la palabra “aparente” de esta crónica. Estaba bien muerta, y las tripas se le habían salido por el ano. Sin embargo, aunque la rata parecía fría y tiesa, el viento le meneaba el pelambre y pude notar cómo dentro de la muerte hay ciertos rasgos de vida. En realidad el cadáver, a pesar de estar helado e inmóvil, no podría decirse que pareciera una piedra que no tiene vida. Parecía más bien un pastizal que se mueve a capricho del aire, y uno nunca dice que el pasto está muerto, o que es incapaz de decidir por si mismo. Esa impresión me dio el pelambre de la rata. Tal vez en la muerte seguirán existiendo intersticios de vida. Quizás la muerte no es un destino, sino el inicio, o el cauce, o la circunstancia, o la gravedad, o la inercia del destino. O todo eso junto.
El asunto de las mujeres haciendo preguntas es algo que simplemente estuvo ahí el resto de la tarde, desde el ¿más café joven?, ¿traerá cambio? ¿Cómo quiere que le corte el pelo? Es algo que estará todos los días, y no hay manera de escaparse, ni de eso, ni de la muerte, ni del destino.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

uorales! fue buenisimo, pero como al final fue como un ligero madrazo! siempre preguntamos verdad?? que bueno que hay resignacion... si siempre tenemos algo que preguntar... pero me encanto como describiste el pelambre muerto de la rata....

Anónimo dijo...

escribeee maaaas!!

Anónimo dijo...

Me da la impresion de que quieres mostrar algo sobre la muerte, en verdad nadie se escapa y con el tiempo, el hecho de morir se convierte en duda y a la vez en un poco de ansiedad por saber que sucede al final, a fin de cuentas nuestra mente se convierte en nuestro ser. Pero que podemos decir de una rata muerta en el camino, cuando sólo tu notaste que estaba muerta.

Espero poder leer más sobre lo que vives a diario.