martes, junio 26, 2007

Mournful

(Si quieres conocer la versión de David de la misma historia, visita: http://escenasdeunrecuerdo.blogspot.com/)

1
Lo cotidiano de unos días donde hasta el aire falta. No me resisto a la idea de que no estás. No comprendo la taciturna saciedad de los que van por el mundo sin desear nada. No concibo la noche como mortaja. Me duele tu vientre lejano.

2
El bar está vacío a excepción de la silla que ocupo. David llega con retraso pero poco me importa. Un abrazo y luego a encender el puro. Comienza la charla y algo sabe extraño. Será la música. Hablamos con el mesero, -Mira carnal, no hay más clientes que nosotros, y el disco que pusiste es una porquería. Permutamos a Reyli por Guns n’ Roses y la discusión adoptó ciertos tintes de otras épocas.

3
La primera ronda de cerveza se escurre al hablar del hijo de David; de trámites para graduarse, temas de tesis, de textos que uno escupe al mundo sin la menor voluntad de generar nada. Él me narra cómo fue el momento del alumbramiento; él con su emoción y su cámara y su hermana a través del celular siendo testigo del suceso. Comparto su emoción pero no sé de qué me habla. Ya cuando yo sea padre.

4
La segunda ronda se ambienta con cualquier tipo de música. Lo que sea menos Reyli. Hablamos de tantas cosas que no consigo recordar ninguna. Yo me aferré a las aceitunas con queso con la misma devoción con la que David apiñó su regocijo alrededor de su puro. Hasta ese momento distinguimos que ya había varias mesas ocupadas. No estamos solos. Varios mundos nos rodean.

5
Un chico me toca el hombro y me paro y le miro el rostro. Reconozco en él a un no tan viejo estudiante. Me pongo de pie y después del riguroso abrazo me percato que estoy demasiado mareado. David se pierde en una nube de cigarro y lontananza. Yo discurro sobre la vida y sus misterios con aquél alumno que en realidad sólo quería saludarme.

6
La siguiente ronda fue mortal. Según las cuentas de David, cada uno llevaba en el cuerpo tres litros de cerveza. Tres litros que pesan, que se resguardan en algún lugar. Yo no hice las cuentas pero David es economista y supongo que su palabra es verdad. Lo más extraño es que después de tres litros sólo oriné dos veces.

7
Aun así continuamos. El rock progresivo inundó la mesa y cada quien lanzaba nombres de guitarristas y tecladistas. Le dije que no era posible que no haya escuchado antes The Jelly Jam, y me hizo callar cuando mencionó a Derek Sherinian. El disco de Labrie es una porquería. ¿Pero qué tal Liquid Tension con Tony Levin al bajo? Comenzamos a reírnos como locos. Nos fueron a correr cortésmente, pero David se defendió pidiendo una última cerveza.

8
Dando tumbos llegamos a mi carro. Quizás fue en un minuto o en cuarenta y cinco, pero por fin apareció al carro de David. Me prestó unos discos, se subió a su auto y se esfumó.

9
Voy de regreso a casa y me falta el aire. No me resisto a la idea de que no estás. Presumo que quien nada desea será porque jamás te ha visto. Entro a mi guarida sin mirar la hora. No hay mensajes tuyos y me siento desahuciado. El aire se compacta más, me sofoca. Dejo que la luna me roce la cara y me hundo en mis sábanas frías. No concibo la noche como mortaja. Me duele tu vientre lejano.