jueves, diciembre 04, 2008

Pescadería

Ya se armó el plan. Vámonos a chupar. ¿A dónde? Pues a un lugar que se llama el “Fishers”. ¿Qué no eso es un restaurante de mariscos? Pues sí, pero la moda en esta estúpida ciudad consiste en ir a chupar a una pescadería para fresas. De verdad que los fresas a veces parecen retrasados mentales, y yo he de tener mucho de eso, porque me están invitando a ir con ellos.
¿Qué es esta pinche fila tan lenta? Ah, pues es el “Valet Parking”, ese invento del hombre postmoderno. Nada tiene que ver el que te de güeva estacionar tu coche. No. Se trata más bien de querer auto asignarte un estatus que no tienes, al pagarle a un “gato” pa’ que te abra la puerta, te diga “buenas noches caballero”. Es importante que les digas “gato”, ¡eh! No son seres humanos que tienen un trabajo a expensas de tu idiotez. No.
Aguántate, ya casi te toca llegar a la entrada y que te abran la puerta. ¿Por qué todos se bajan del coche hablando por su celular? Pues para no contestarle al “gato”, o para hacerse los interesantes ¿ves? Es importante que justo al bajarte llames para decirle a alguien que está dentro de la pescadería: “ya llegué güeeeey, me estoy bajando de mi nave aquí en el valet güeeeey”. ¿Entiendes? Aquí va lo posmoderno del asunto, porque simplemente no te puedes esperar a subir las escaleras, entrar, buscar a tus amigos en su mesa e irlos a saludar. ¡No “güeeeey”!, tienes que anunciarte, crear expectación, o sea, forzar a que adentro a güevo tengan que hablar de ti, “oigan, ya llegó este pendejo “güeeeey”!
El circo no termina hermano. Adentro todo el mundo está fumando. Poco les importa que está prohibido por la ley a nivel nacional el fumar en espacios cerrados. Ya ves que en este país la ley solamente es para los jodidos. Aquí, como es un espacio para fresas, pueden fumar y ni quien les diga nada.
Yo quiero una cerveza. Pero no se pude joven, a güevo tienen que pedir una botella. Pues yo quiero una botella de cerveza. No no no “brother”, no entiendes, aquí lo “in” es pedirte toda una botella de whisky, de vodka o de ron. Y no sólo una: si puedes dos. Si no, al otro día no tendrás NADA que presumir. Es más, es mejor que te pidas un bacacho blanco, para que te roces un poco con la rasposidad del pueblo, ¿ves? Pues los fresas que llegaron antes que yo pidieron su botella de whisky, y ya contento el mesero, no puso objeción cuando insistí en que sólo me daba la gana tomarme una cerveza.
¿Por qué hace tanto frío aquí adentro? Mmm, pues hay varias teorías hermano. Una de ellas es que unos extractores jalan el aire caliente y el humo del cigarro, o luego dicen que inyectan oxígeno pa que estés más despierto. Si hace calor te me jeteas, pides menos alcohol, las cuentas son menos sustanciosas y por ende las propinas se vuelven miserables. Por eso metemos un poquito de frío en el ambiente ¿ves?
Chale carnal, todo el mundo está gritando. Es que la música está re dura. ¿Eso es música? ¿Esas putas cumbias reggeatoneras son música? ¿Esa cancioncita del “metrosexual”? ¿Por qué esta gente sigue escuchando a timbiriche? ¿A poco en más de veinte años no hay algo mejor que se pueda escuchar en una pescadería para gente bien? Pues sí, pero estos batitos ni se enteran.
Oye, le quise hacer la plática a la nalgona que tengo al lado. ¿Y qué te cuenta? Pues la verdad es que nada, me pidió perdón, tomó su celular y le marcó a alguien a quien le llamaba “chuchis”. Seguro era algo importante. ¿Importante? Llamarle a la chuchis para contarle que estaba en una pescadería mamona chupando whisky con sprite no me parece lo suficientemente importante como para dejarme hablando sólo, como si fuera un tarado..
La chica que dejó de platicar conmigo por atender a su celular está saludando con euforia a un par de tipos que entran a la pescadería y se dirigen a nuestra mesa. Los dos están rapados, uno trae playera, muy ajustada, y el otro una camisita. Qué amables nos saludan. Parecen gays. Es bastante normal que en un lugar de estos, con este tipo de personas, todos se abracen al saludarse. Poco importa que apenas se conozcan. Todos saben que al día siguiente, en la calle, en la plaza comercial, si te veo no te conozco, si te conozco no me acuerdo, harán como que no se ven y se seguirán de largo. Pero en el “antro” (recordad hermanos que la pescadería se vuelve por las noches en un tugurio de perdición, con la canción “tú y yo somos uno mismo” como telón de fondo) todos son inseparables. Así somos los tolucos.
Oye, quiero platicar, esta nalgona está re buena pero no puedo decir nada, es imposible sacar un tema en común. Hablemos entre nosotros de algo, de cualquier cosa. ¿Por qué estamos hablando de los esfuerzos turísticos del estado de Michoacán? ¿Tú crees que no van turistas europeos a Michoacán? Mi hermano está viviendo ahora en Morelia y le gusta bastante. Diablos, este tema da para más, pero ya me cansé de hablar, estoy gritando yo también, me empieza a doler la garganta, su mugroso humo de cigarro me irrita. Me imagino que para poder tener conversaciones, ligar, o incluso hacer negocios en este tipo de ambientes, hay que estar muy acostumbrados al escándalo, venir al menos una vez a la semana, beberte tu botella aunque no tengas tanta sed.
Me voy a salir tantito, es que me está entrando una llamada. ¿Bueno? Hey, hermano, ¿vienes llegando de Morelia? ¿Que donde estoy? Pues en una pescadería para fresas. ¡Si, por favor! Ven a rescatarme. No no, estoy con puras buenas personas, pero ya sabes que este ambiente no es lo mío. Mmm, pues si, hay una nalgona pero olímpicamente le hace más caso a su celular que a mi. ¡Órale, yo aquí te espero, pero no te tardes por favor!
Amigo, viene mi hermano en camino, me va a llevar no sé a donde. Te dejo lo de mi cerveza ¿va? ¿¡Qué!? ¿Tanto por una pinche cerveza? ¡Qué bueno que nada más me tomé una! Oigan, pues ya me despido. ¡No se levanten, no es para tanto! Un gustazo. Síganla pasando chido, ojalá que este cochino frío y el alcohol los conserven muchos años más.

1 comentario:

Pedro dijo...

Hola. Soy Pedro Contreras, alumno de su clase de sociedad, economía y política.
Creo que tu blog es en verdad muy bueno, describes a los Tolucos de una manera muy sarcástica jaja y creo que coincidimos muchísimo en lo que pensamos en cuanto a los "fresas" de Toluca entre otras cosas.