viernes, diciembre 12, 2008
La calle vacía
La calle vacía. El frío. El calor que nunca llega cuando es medio día. La mierda del perro olvidada en la acera. El talento se asfixia. Cama destendida. Olor a pijama, a humedad, a la víscera infame del sueño infernal invernal. La voz que no habla. El silencio que dice lo que la conciencia esconde. La piedra arrojada en disfraz de palabra. El vente, el ya cáele, a las 7 nos vemos, tengo hambre. Un cigarro. La puerta que se abre. La guitarra. El café. La noche que pesa como piel anciana. El micrófono y los toques. Las cuerdas. Chamarra que tiene impregnado el sabor de los días en el clóset. Pisadas ajenas. Un tope. La luz. La placa que indica el nombre de la misma calle vacía. Un árbol se mece. El ladrido. El soplar del demonio que a penas y puede pasar por mi oído tapado. La tos. El dolor en el pecho. Agonía del día. Mi suéter azul. La voz de mi madre. Hola jotín, ¿cómo va tu día? Un te extraño en el celular. Mi presencia en la mente de alguien cuando no merezco estar. Vidrio mojado. Mejillas ardientes. Un grito. Garganta que raspa. El traspaso de la verdad en título de propiedad para una mueca olvidada. Jardín roto. Tierra esparcida. El recuerdo de un relámpago. Te tengo, nunca te tuve, jamás he tenido nada. Correo sin entregar. Vivir tanto dentro de la duda que hasta la tranquilidad se escabulle a los sentidos. Tez blanca. Pechos blandos pero firmes. Labios desesperados engullen mi lengua. La mordida. El gemido ensordecido. Serpiente que baja por el muro de tabiques desnudos. Discos. Libros. Canciones que aun no he escrito. Ganas de morirme. Ganas de enterrarme vivo. Ganas de vivir como avestruz. Latas de sopa aguardando mi vacío. Crema de ilusiones. Agua caliente para la infusión, de mi locura. Hablar solo por horas. Recitar versos como una cascada. No parar. No parar. Un libro de Steinbeck. No parar. Música de jazz con un toque de jalea de limón. El motor de mi auto. La bota de vino. Más gemidos. Chillidos. Botella de San Pellegrino. Lo onírico de mi carne invadiendo tu cuerpo. El onanismo de mi carne invadiendo tu cuerpo. La mentira dicha y repetida. Un kleenex sucio a ras de mi veneno. Soñar que me elevo y enciendo un porrito. Despertar al toser. Camioneta roja. Silencio de perra. Yorst. Axion lavatrastos. Café a la italiana sobre la fría parrilla. Farmacia. Cápsulas para ingerir y visitar al diablo. Vaso con agua. Cápsulas en mi lengua. En el esófago. Estómago. Sustancia disuelta invadiendo la sangre. Ojos pesados. Nubes amarillas saturan la conciencia. Morir, ahora sí.
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3 comentarios:
Interesante la crónica, saludos
Mira que interesante....hace pfff siglos no me metia a tu blog...
siempre se extraña leer cuando escribes asi.... me encanto! dices tanto!! pero me gusta mas lo que ocultas y lo que me imagino que no nombras!
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